sábado, 7 de junio de 2014

Once

Hace poco conversaba con la titular de este blog acerca de la importancia de la música en las producciones audiovisuales. Hablamos sobre cómo una buena banda sonora aparte de complementar una realización, también tiene el poder de potenciarla y hacerla inolvidable. En la vereda opuesta, una banda sonora no tan buena o un soundtrack mal elegido terminan muchas veces opacando interesantes producciones.

Esa conversación me llevó a optar para esta entrada, por una película que destacara justamente por la música. Y tuve muy buenas opciones: LOTR, The Mission, Gladiator, Amelie, y muchas otras saltaron a mi mente. Pero el fin de este blog es compartir nuestros gustos y placeres por pequeñas grandes historias que no siempre son conocidas; por eso escogí Once (2006), una maravillosa película musical del director John Carney.

Un músico (Glen Hansard) para ganarse la vida, canta y toca la guitarra en las calles; en el día interpreta canciones populares mientras en las noches entona sus propias composiciones. Una vendedora ambulante de rosas (Markéta Irglová), que además es pianista, trabaja en las mismas calles. Un día ambos se conocen y la fuerza de la pasión por la música los atrapa.

Once es una película que encanta desde las primeras escenas, cuando vemos a este músico callejero interpretando una canción de manera tan emocional y desgarradora que te llega a las entrañas. Luego nos dejamos llevar por la historia de estos dos jóvenes que viven sencillamente, pero cuyas vidas y, lo más importante, sueños giran en torno a la música. Vemos cómo se genera una misteriosa conexión entre ellos, gracias a un piano y a una guitarra. Y vemos cómo sus vidas toman un matiz diferente sólo por haberse conocido, compartiendo gustos, pasiones, creando vínculos referidos a la amistad, el amor y la familia.

Tiempo después de ver Once, escuchando su BSO pude comprobar lo que mencionaba al inicio de la entrada. La película tiene una banda sonora tan destacada que al escucharla nuevamente, los recuerdos de varias escenas dentro del filme naturalmente evocaban. Es que además Once está llena de momentos, rodados con sutileza y naturalidad. Ni hablar de la indudable química de los protagonistas, que simplemente traspasa la pantalla y en su momento también la ficción.

Once está lejos de ser como las películas con épicas bandas sonoras y aun así resulta inolvidable, porque la autenticidad también puede ser emocionante.


Para ver ficha, críticas y trailers de esta película recomiendo visitar la web: http://www.filmaffinity.com/es/film726030.html