Hace
poco conversaba con la titular de este blog acerca de la importancia de la
música en las producciones audiovisuales. Hablamos sobre cómo una buena banda
sonora aparte de complementar una realización, también tiene el poder de potenciarla
y hacerla inolvidable. En la vereda opuesta, una banda sonora no tan buena o un
soundtrack mal elegido terminan muchas veces opacando interesantes
producciones.
Esa
conversación me llevó a optar para esta entrada, por una película que destacara
justamente por la música. Y tuve muy buenas opciones: LOTR, The Mission, Gladiator,
Amelie, y muchas otras saltaron a mi mente. Pero el fin de este blog es
compartir nuestros gustos y placeres por pequeñas grandes historias que no
siempre son conocidas; por eso escogí Once
(2006), una maravillosa película musical del director John Carney.
Un músico (Glen Hansard) para ganarse la
vida, canta y toca la guitarra en las calles; en el día interpreta canciones
populares mientras en las noches entona sus propias composiciones. Una
vendedora ambulante de rosas (Markéta Irglová), que además es pianista, trabaja
en las mismas calles. Un día ambos se conocen y la fuerza de la pasión por la
música los atrapa.
Once es una película que encanta desde
las primeras escenas, cuando vemos a este músico callejero interpretando una
canción de manera tan emocional y desgarradora que te llega a las entrañas. Luego
nos dejamos llevar por la historia de estos dos jóvenes que viven sencillamente,
pero cuyas vidas y, lo más importante, sueños giran en torno a la música. Vemos
cómo se genera una misteriosa conexión entre ellos, gracias a un piano y a una
guitarra. Y vemos cómo sus vidas toman un matiz diferente sólo por haberse
conocido, compartiendo gustos, pasiones, creando vínculos referidos a la
amistad, el amor y la familia.
Tiempo
después de ver Once, escuchando su
BSO pude comprobar lo que mencionaba al inicio de la entrada. La película tiene
una banda sonora tan destacada que al escucharla nuevamente, los recuerdos de varias
escenas dentro del filme naturalmente evocaban. Es que además Once está llena de momentos, rodados con
sutileza y naturalidad. Ni hablar de la indudable química de los protagonistas,
que simplemente traspasa la pantalla y en su momento también la ficción.
Once está lejos de ser como las películas con
épicas bandas sonoras y aun así resulta inolvidable, porque la autenticidad
también puede ser emocionante.
Para ver ficha,
críticas y trailers de esta película recomiendo visitar la web: http://www.filmaffinity.com/es/film726030.html
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